El Faro de Punta del Este 1860

Autoría: Julieta Martínez, Santia Durante
Estudiantes de la Licenciatura en Turismo (CURE).

Edición y Diseño: Facundo Bianchi, Gabriela Campodónico y Mariciana Zorzi.
Docentes Área de Estudios Turísticos (CURE).

LA PRIMERA CONSTRUCCIÓN DE LA PENÍNSULA

El Faro de Punta del Este, primera construcción de la ciudad, se sitúa en el extremo Sur Oeste de la Península de Punta del Este, en la calle 2 de Febrero y Antonio Mrak. Fue construido con el fin de orientar la navegación en el Océano Atlántico y el Río de la Plata. Originalmente, para 1858, se encontraba en la Isla de Lobos; en 1860 fue trasladado a la península, inaugurado en marzo del mismo año, bajo la concesión de Tomás de Libarona. Al extinguirse la concesión el 1º de febrero de 1880, el Faro pasó a propiedad del Estado y el servicio a ser prestado directamente por el mismo.

El material utilizado en su estructuración fue una amalgama de ceniza volcánica llamada tierra roma, traída de Italia, que le otorga una larga durabilidad en el tiempo. Su torre de mampostería de sección circular tiene una altura de 24,90 metros (44 metros sobre el nivel del mar), el acceso a la cima es mediante escalera de 150 escalones.

Su sistema de iluminación fue traído de Francia, es eléctrico y en caso de emergencia funciona a gas de acetileno, emite 2 destellos cada 8 segundos, y su luz tiene un alcance geográfico de 18 millas (32 kilómetros aproximadamente).

En 1923 se reconstruyó y se añadieron las edificaciones anexas con las que cuenta hoy en día, piezas para el alojamiento de funcionarios, cocina y comedor, entre otras instalaciones.

El 30 de marzo de 1976 el Faro fue declarado Monumento Histórico Nacional. Actualmente, continúa cumpliendo su función original, es decir, avisar a los navegantes de accidentes geográficos en la zona. Por varias décadas el Faro fue un paseo realizado por todas las personas en Punta del Este. Los turistas podían ascender y dejar sus firmas y comentarios en el libro de los recuerdos, creado en 1905 por el farero de ese momento.

UN ÍCONO VIVO

En cuanto a la gestión del Faro, el monumento y su edificación anexa, pertenecen y son administrados por la Armada Nacional, debido a que es una construcción destinada al balizamiento marítimo y fluvial. En la edificación anexa es donde viven los fareros y la tripulación, cuenta con habitaciones y comedor; allí conviven dos brigadas, la encargada del cuidado y mantenimiento del faro (SERBA) y la que se encarga del mantenimiento del pasto, plantas, casas y piscina ubicadas en el predio.

Los fareros se encargan de cuidar el correcto funcionamiento del faro, lo encienden a la puesta del sol y lo apagan al amanecer, además de controlar las cuatro boyas y dos balizas ubicadas en el Río de la Plata.

VALORIZACIÓN POR PARTE DE LA COMUNIDAD LOCAL: UN FARO CON AMIGOS

Desde la comunidad local, existe una organización sin fines de lucro, fundada en 1989, denominada Asociación Amigos del Faro de Punta del Este, con vínculo con el Municipio de Punta del Este y la Intendencia de Maldonado.
Para el año 2013, dicha Asociación elevó una petición para que el Faro, y el barrio circundante al mismo conformarse un área de protección patrimonial, a modo de conservar su estado y no permitir cambios en las edificaciones de la zona, que no fue aprobada. En este sentido el Faro se presenta como una manifestación identitaria, junto al paisaje que lo rodea, que conlleva un fuerte sentido de pertenencia local debido a su caracterización e importancia histórica.

“Su edificio y su luz son un ícono de Punta del Este, y sin dudas forma parte del paisaje más clásico de la Península. Junto a mi esposa e hijos elegimos vivir en la ‘Zona del Faro’ por su calma y su elegancia y por su cercanía al mar. El Faro, a lo largo de los años, no solo ha iluminado a los navegantes, también a quienes han tenido y aún tenemos la suerte de ser sus vecinos”
(Andrés Jafif, 2020).

“”Yo soy puntaesteño y me siento muy identificado por el Faro. Nací acá, mi familia materna está aquí desde 1907. Es verdaderamente algo que nos identifica, sin el faro nos sentiríamos que estamos perdiendo algo importante”
(Ferando Cairo, 2020)”.

EL FARO:
PARTE DEL PAISAJE CULTURAL DE LA PENÍNSULA

Actualmente, no se permite la entrada de visitantes, a excepción del Día del Patrimonio, celebrado en el mes de octubre, donde turistas y pobladores locales suben al mismo para disfrutar de su vista, donde se observa la conjunción entre la costa y la ciudad.

La situación del bien actual en cuanto a características físicas es muy buena, se conserva en buen estado y continúa desarrollando sus funciones como orientador de la navegación en el Río de la Plata y el Océano Atlántico.
Debido a su ubicación en la península, con el desarrollo de la ciudad y posteriormente de la actividad turística ha adquirido nuevos usos, la comunidad local se apropia de él y de su espacio como lugar de encuentro y recreación.
Es un ícono de la ciudad, la primera construcción de Punta del Este; rodeada por un barrio residencial compuesto únicamente por casas que no superan los dos pisos, generan que resalte y sea visible, esto lo convierte en un atractivo, un motivador de visita a fin de conocer su estructura física e historia. Estos elementos generan allí un entorno que se diferencia y contrasta con el resto de la ciudad, fuertemente urbanizada y edificada, que produce en quien lo visita una mayor cercanía con la naturaleza y tranquilidad, el Faro enriquece la mística de aquella Punta del Este que aún recuerdan los antiguos residentes de la Península.

CURIOSIDADES: COMENTARIOS EN EL LIBRO DE FIRMAS

“Que nada ni un viento como la peste derribe al faro de Punta del Este, que siempre eleve con arrogancia y se distinga a inmensa distancia”
(Firma anónima, 1907).

“Aunque el subir cueste caro, me gusta subir al faro por ver, con dolor profundo, que el hombre sea tan avaro siendo tan chiquito el mundo” (Firma anónima, 1909).

“El valor urbano en el balneario irá en aumento. El faro no tiene precio” (Firma anónima, 1908).

BIBLIOGRAFIA

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Nota

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