La importancia del eje de la Sostenibilidad en la estrategia de Destinos Turísticos Inteligentes.

En esta ocasión abordaré al eje de la Sostenibilidad implementado dentro de las estrategias de Destinos Turísticos Inteligentes.

Este eje en particular ha adquirido gran relevancia en virtud de la peligrosa situación de deterioro de nuestro planeta que se viene desarrollando en forma paulatina y constante.

Autor: Mag. Nicolás Raffo Menoni

Cada uno de los ejes está estructurado en indicadores que nos permiten ver el alcance de logros que se necesitan para poder certificar cada uno de los ejes y este eje en particular es el que consta de más indicadores y todo indica que seguirán aumentando en la medida que el modelo de gestión DTI se vaya actualizando.

La sostenibilidad, en forma resumida se define como el uso de los recursos del presente, de manera equilibrada y eficiente para no comprometer los recursos de las futuras generaciones.

Más simplificado aún, significa consumir recursos pero permitiendo que el Planeta pueda regenerarlos nuevamente (situación que claramente no está aconteciendo hoy).

La realidad nos indica que consumimos como si dispusiéramos de 1,75 planetas Tierra lo cual es una clara situación de déficit que compromete e interpela a la mencionada definición. Cuando comencé hace un par de años a tomar referencia sobre este consumo escribía que consumíamos 1,6 Planetas. Claramente hemos seguido avanzando en ese consumo.

No debería resultar novedoso ya el hacer alusión a la denominada tríada de la sostenibilidad que nos refiere a un consumo equilibrado entre las dimensiones ambiental, económica y social.

Los modelos actuales de producción y consumo claramente priorizan la dimensión económica por sobre las demás y bajando esta realidad a datos que lo verifican, actualmente se gastan 5 dólares en lo que respecta a consumir recursos, por cada 1 dólar que se dedica a la investigación y a la mitigación de los impactos que ese consumo genera.

Hay muchas organizaciones que al día de hoy se dedican a medir esos impactos y otro ejemplo más podría ser el denominado “Día del sobregiro de la Tierra” medido por Global Footprint Network, que desde la década del 70 publican el día en que teóricamente se agotarían los recursos consumidos del planeta, sin darle tiempo a su regeneración armónica o equilibrada.

Demás está decir que ese día se viene adelantando año tras año y en el 2024 ese día se alcanzó el 01 de agosto, por lo cual todo el mes de agosto, setiembre, octubre, noviembre y diciembre se consumieron recursos que el planeta ya no fue capaz de regenerar.

Otro ejemplo más podría ser tomar la dimensión social de la sostenibilidad y ver como todavía se eternizan desequilibrios en lo que respecta a las brechas de género, en materia de accesibilidad, en materia de desigualdad en el acceso a la riqueza, la educación, la salud, la tierra y mucho más que no harían más que solidificar este análisis.

A pesar de toda la evidencia de la cual disponemos, en cualquiera de las dimensiones, todavía hay personas y organizaciones que intentan minimizar esta realidad.

Llegados a este punto siempre me gusta plantear preguntas que nos interpelen nuestro accionar y en este caso se me ocurren:

¿Qué o cuánto más necesitamos para saber que de la forma actual no solo no funciona, sino que además atentamos directamente contra nuestro futuro?

¿Las estrategias smart o inteligentes tienen que ser la solución o solo una parte de esa solución?

¿Si esas estrategias inteligentes no solucionan los viejos problemas de siempre serán sustituidas por otras estrategias más eficientes en qué plazos?

Vinculando la sostenibilidad al Turismo:

Llegados a este punto debería de quedar claro también que el Turismo tal como lo consumimos y ofrecemos hoy dista mucho de ser sostenible. Incluso en los casos que nos lo quieren vender como tal. Hay mucho de marketing verde intencional y muchos intereses para seguir jugando a un Turismo Sostenible en el discurso que hace agua por todos lados frente a la realidad.

Hay estudios e investigaciones serias de sobra que nos dicen que los turistas ven con buenos ojos el tema de la sostenibilidad pero que en los hechos el precio sigue mandando.    O sea que la sostenibilidad no se paga y se la ve como algo que tienen que abordar y afrontar los demás.

Lo preocupante es que de seguir así, el panorama es desalentador hacia adelante. En propuestas donde el éxito se vincula a las grandes cantidades y sumas de personas, recursos e ingresos; realidad que se estima no cambiará en el corto plazo, es difícil vislumbrar un horizonte sostenible.

¿Es sostenible hacer más viajes en avión, cruceros y otros medios de transporte poco amigables?

Las áreas rurales que no están contaminadas hoy por la masificación. ¿Podrán mantenerse impolutas ante ese flagelo si se las promociona sin control, ni previsión alguna hacia adelante?

En un sector de la actividad donde abunda la informalidad, las brechas de género y de salarios. ¿Podemos decir que eso es la sostenibilidad?

Sin dudas tenemos un montón de desafíos y solo he raspado en la superficialidad del tema.

Claramente tenemos que hacer un parate y una necesaria revisión.

Claramente tenemos que poder señalar aquellas acciones que si son realizadas en forma planificada y que ayudan a consumir menos recursos. Por ejemplo Hoteles que minimizan el consumo de recursos como el agua, los alimentos, la energía eléctrica y más, en el entendido de que también es parte del negocio y de una gestión más eficiente y competitiva.

Vinculando la sostenibilidad con los otros ejes de la estrategia:

Parte de la reflexión resulta de ver cómo se complementan y pueden retroalimentar en positivo todos los ejes.

Vinculado a la Gobernanza, podemos decir que es desde este eje que se debe apuntalar, estimular, planificar y fiscalizar su cumplimiento, marcando y generando reglas de juego claras que justamente se puedan sostener en el tiempo y que sean en beneficio de la sostenibilidad para todos.

Si lo vinculamos con la Accesibilidad, ya hemos visto que es parte de la dimensión social de la tríada y que no se será sostenible si no se es accesible por lo cual es un eje que se vincula estrecha y directamente. El que todas las personas puedan estar y ser parte es condición “sine qua non” de una estrategia smart o inteligente.

Si lo vinculamos al eje de la Tecnología, podemos decir que los avances que tenemos hoy deben ser un puntal de lanza para el logro de la sostenibilidad. Incluso en detrimento solo de las ganancias. Debemos ser capaces de priorizar el bien común por sobre el bien particular.

Y llegando al eje de la Innovación, el vínculo con la sostenibilidad debe pasar por poder lograr y ofrecer servicios nuevos o diferentes a los que ya existen y que prioricen y favorezcan el tema de la sostenibilidad.

Avanzando un pasito más.

A modo de cierre siempre me gusta dejar un aporte más para la reflexión y un camino posible para el intercambio.

Mi propuesta pasa por definir nuevos indicadores que apunten a la sostenibilidad.

Por ejemplo en la readecuación de las capacidades de carga de los atractivos turísticos que se ofrecen al día de hoy.

Un ejemplo concreto:

Si una playa soporta como máximo 50 personas para que su utilización sea sostenible, no se puede permitir 100 personas al mismo tiempo y mucho menos 1000. Esto puede no ser simpático, ni fácil de implementar pero si queremos hablar realmente de sostenibilidad, tenemos que transitar por esa realidad. Las tecnologías de hoy nos permiten reorientar flujos de tránsito y hacer predicciones y previsiones en tiempo real. Utilicémoslas.

Otro ejemplo:

Si una ducha normal de agua se puede realizar óptimamente en menos de 5 minutos y consumiendo menos de 100 litros de agua. Implementar campañas de concientización y de educación para que las personas puedan hacer un uso racional del agua en los hoteles.

100 litros de agua potable es lo que una persona normal consume en 50 días.

En el mundo hay personas que viven con menos de 20 litros per capita al día, que es lo que una ducha consume en 1 minuto..

Promovamos un uso inteligente, racional y más sostenible.

Como siempre propongo:

Planifiquemos y visionemos la situación ideal. Es de gran ayuda para marcar caminos posibles.

Veamos dónde estamos parados y asignemos recursos suficientes para lo que se quiere implementar.

Pensemos en la sostenibilidad de esa gestión.     Si la implementación sale 100 dólares, habrá que disponer de 20 o 30 más todos los años o meses para sostener esa gestión y que no se quede solo en un intento.

Sigamos educando, capacitando y concientizando en pro de una impostergable sostenibilidad. Hagamos que todos se sientan juez y parte del problema para que entre todos podamos alcanzar mayores y mejores logros.

Generemos las instancias de diálogo y sobre todo de acción.

Evaluemos resultados. Cooperemos con otros.     Intercambiemos y visualicemos buenas prácticas y denunciemos aquellas que no lo sean. Sancionemos en los casos que haya que sancionar.

El camino no es sencillo, tampoco cómodo, ni simpático, pero si realmente queremos dejar para las futuras generaciones un mundo que sea realmente vivible, tenemos que ser capaces de sacrificarnos hoy para poder sentir que estamos haciendo lo correcto.

No es justo condenar al futuro de la humanidad por la ambición de unos pocos.

Y en esta realidad las estrategias inteligentes deben poder decir presente y por sobre todas las cosas tomar parte de la acción para que esos cambios se materialicen. Como siempre a disposición para intercambiar y sumar conocimientos a esta reflexión.

Mag. Nicolás Raffo Menoni

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