El eje de la Innovación dentro de la Estrategia DTI de un destino turístico.

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Autor: Mag. Nicolás Raffo Menoni
Nicoraffo74@gmail.com

Una estrategia de Destino Turístico Inteligente (DTI) no puede concebirse como algo aislado, ni desestructurado de la estrategia que un destino pueda concebir como Smart City o Ciudad Inteligente ya que se potencian y retroalimentan mutuamente.

La estructuración en ejes, que también es variable dependiendo de los modelos y de los países que apliquen la estrategia, sirve para ordenar y organizar acciones que permiten gestionar a los destinos y les permiten intentar ser más competitivos en un mundo cambiante y que avanza a pasos agigantados a partir de los permanentes avances tecnológicos que acontecen.

Si bien esos ejes se conciben y definen en forma particular o específica, también se retroalimentan y coexisten en forma permanente. No es posible, o al menos es menos eficiente realizar una acción por ejemplo en materia de accesibilidad que no esté potenciada por la aplicación de las tecnologías de apoyo que se disponen hoy y si no se apalancan desde la acción de la gobernanza. Esa misma acción incidirá en la dimensión social de la sostenibilidad del destino y se beneficiará de las innovaciones que se puedan realizar para ello.

Si bien todos los ejes son fundamentales, a la hora de medirlos y evaluarlos cada uno de ellos dispone de diferentes indicadores para medir sus alcances.

En este artículo quisiera referirme a la importancia y las complicaciones que provoca sobre todo a nivel del Turismo de Latinoamérica el eje específico de la innovación.

Aclaración importante: Con esto no quiero asignar mayores o menores importancias, solamente pretendo analizar y reflexionar sobre el eje de la innovación para su alcance, pero sobre todo para su implementación. No es una visión que pretende ser total y abarcativa de la totalidad del tema (sin dudas hay y habrán otras aristas, miradas y enfoques desde donde se podría abordar esta propuesta)

Definamos la Innovación:

Innovación es según el Manual de Oslo (2018) adoptado como referencia por la comunidad europea; la concepción e implantación de cambios significativos en el producto, el proceso, el marketing o la organización de la empresa con el propósito de mejorar los resultados. Identifica la Innovación como parte de 4 tipos principales que se agrupan como innovaciones tecnológicas (Innovación de producto o innovación de procesos) y como innovaciones no tecnológicas (Innovación organizativa o innovación de marketing).

También podemos hablar sobre si la innovación se refiere a soluciones nuevas o ya existentes y en base a cómo se relacionan con el mercado y podríamos graficarlo en una matriz que referiría a innovaciones incrementales, innovaciones radicales, innovaciones disruptivas o innovaciones arquitectural.

Pero hay otros autores u otras corrientes que también definen a la innovación en más o menos tipos.

Por ejemplo Doblin nos habla de 10 tipos de innovación divididos en tres bloques que refieren a la oferta, la configuración y la experiencia (no abundaré en detalles sobre este tema aquí)

Sintetizando y pasando en limpio podríamos decir que la innovación refiere a algo nuevo, que aporta valor respecto a lo ya existente y que generalmente se basa en nuevos conocimientos y/o en el apoyo de los nuevos avances tecnológicos.

El primer gran problema es que si bien concebimos la innovación en el corto o mediano plazo, la misma es imposible sin tener una visión a largo plazo, ya que dudosamente se pueda hablar de innovar si no se tiene una estructura, una cultura y un enfoque orientado hacia innovar.

Segundo problema es que implica confrontar las realidades rígidas o burocráticas frente a otras mucho más flexibles y ágiles. O alguien piensa que se puede innovar en una estructura rígida y que no permite muchos cambios.

Tercero es que si la organización es grande, también requerirá de sinergias muy fuertes y cercanas entre los diferentes destacamentos, departamentos o área en las que se estructure.

En cuarto lugar podemos mencionar la falsa creencia de que todo se mueve muy, pero muy rápido, cuando esa realidad está desinada solo a muy pocos, a los elegidos que son quienes realmente se mueven rápido. El resto se mueve lento y trata de seguir el tren de las organizaciones líderes.

En quinto lugar, podemos mencionar el miedo a los cambios que es tan humano y que muchas veces frena la innovación.

Y en sexto lugar, que venimos de entornos que históricamente nos han enseñado a repetir y replicar los conocimientos que se aprenden. Los que venimos del palo de la educación sabemos que cuando se evalúa, tradicionalmente se pide que se repita lo que ya se sabe. Si lo hiciste bien sacas 10, si lo hiciste más o menos tenés 5 y si lo hiciste diferente te sacas o.

¿No atenta eso contra innovar?

Probablemente les resulten familiares estos 6 puntos mencionados y los tengamos bastante claros. Pero si fuese así, esta bueno pensar en cuánto tiempo le dedicamos realmente a pensar cambios por sobre el “statu quo” o lo habitual.

Cuánto tiempo se dedica a salirse de la zona de confort, que sería requisito “sine qua non” para innovar.

O cuestionarse por qué siempre se castiga el error, cuando sabemos que es parte del proceso de aprendizaje y que es una actitud que sin dudas frena la innovación.

¿Recuerdan cuándo fue la última vez en que les felicitaron por equivocarse o por intentar algo nuevo?

Y un detalle para nada menor, es preguntarse si dedicamos recursos en tiempo, infraestructura y dinero para poder generar esas innovaciones.

¿O apelamos al momento mágico e irreal para que suceda la innovación?

Volviendo al Turismo:

Generalmente la innovación es un rubro en el que nos cuesta ahondar porque venimos de formaciones que no lo han estimulado activamente.

Hay un camino que pasa por destinar recursos económicos y humanos en abundancia como está sucediendo en estos días en el encuentro de París para intentar abordar el tema de la Inteligencia Artificial. Pero los Latinos estamos lejos de esa realidad.

Generalmente nos destacamos por nuestra creatividad, que es uno de los requisitos para innovar, pero no el único

Por esa razón debemos plantearnos un camino que interpele las formaciones actuales, para poder desarrollar las competencias necesarias para fomentar la innovación y también se pueden generar sinergias con actores y sectores donde la innovación les es más familiar.

Un ejemplo concreto que he manejado varias veces, es el de generar sinergias con los estudiantes de ingeniería que para recibirse necesitan realizar trabajos finales, donde si se les orienta desde el rubro del turismo, que les es bien ajeno, seguramente se puedan obtener mejores sinergias ganadoras y puedan surgir propuestas bien innovadoras para aplicar en el sector.        Propuestas que difícilmente surgirían si esa eventualidad se deja libre al azar o directamente no se aborda.

De ese mismo modo se pueden generar sinergias con otros sectores y actores con el mismo fin.

O tenemos el caso de los denominados fondos DTI implementados por la División turismo de la Intendencia de Montevideo que buscan generar condiciones para que otros actores diferentes al entorno habitual puedan pensar fuera de la caja y aportar nuevas ideas y soluciones que se materialicen en el área del Turismo.

No hay un solo camino posible, pero debemos poder arriesgar más dentro de lo que nos permita nuestra realidad para innovar en la medida de nuestras posibilidades porque innovar también es pensar en algo deseable, pero que también sea posible y viable, los tres requisitos al mismo tiempo.

La estrategia DTI fomenta que la innovación se pueda apoyar en los otros ejes para potenciarse mutuamente.

Pensemos como podemos innovar en accesibilidad o a partir de la accesibilidad y la inclusión.

Pensemos en cómo podemos innovar a partir de las disponibilidades tecnológicas de hoy o al revés, que podemos hacer con las tecnologías de hoy para generar productos que cumplan con las características ya mencionadas en este trabajo.

Y con la gobernanza, cómo podemos o en qué podemos innovar a partir de nuestras posibilidades.

Con el tema de la sostenibilidad más aún, estamos padeciendo enormes problemas que tienden a incrementarse y no a disminuir. ¿Qué podemos hacer de nuevo o qué cambios radicales y disruptivos podemos implementar para mejorar esta situación?

Siempre dejo planteadas más interrogantes que respuestas y es un ejercicio que planteo a conciencia. Si queremos innovar, hay que salirse del confort de hacer siempre lo mismo.

Como siempre a la orden para dialogar e intercambiar opiniones y visiones sobre este tema.

Mag. Nicolás Raffo Menoni

Nota

Las opiniones vertidas por los autores en esta sección, o en cualquier sector de esta página, son de exclusiva propiedad y responsabilidad de los mismos y no necesariamente reflejan la idea u opinión de Eventurismo. 
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CEO & Founder de Eventurismo Organizador Profesional de Congresos Relacionista Publico Guia de Turismo

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