Lejos de la nieve, el clima invernal y los muñecos con nariz de zanahoria, las navidades en Uruguay se viven con una calidez abrasadora, que no solo se mide en grados centígrados sino en emotivos encuentros familiares y de amigos que no se dejan intimidar por los obstáculos ni las distancias.
El verano, contagia su alegría y permite que muchos encuentros, fiestas y reuniones pueden concretarse en la playa. En varios balnearios, sobre la arena se instalan improvisadas discotecas y a la medianoche los fuegos artificiales se lucen sobre el mar.
En Montevideo,las cenas familiares suelen comenzar pasadas las 21 horas, con el despliegue de grandes bufetes en donde si bien se ve la incidencia europea, nunca faltan los platos típicos uruguayos como el asado.
A la medianoche, mientras el cielo se viste de todos los colores, los uruguayos comienzan una extensa ronda de saludos, que empieza en casa y sigue por todo el barrio. Entonces: el almacenero, el doctor, “doña quejidos” y el grupo de niños que suele hacerle travesuras convergen en un mismo grito: ¡Feliz Navidad!
Así los hogares, que durante el estruendo de los fuegos artificiales, habían quedado vacíos ahora empiezan a llenarse otra vez con vecinos, nueras, primos y amigos que llegan siempre dispuestos a brindar una vez más.
Los más pequeños, son los más ansiosos por culminar con la extensa ronda de saludos. Saben que debajo del Árbolito de Navidad, estarán esperándolos los regalos de Papá Noel y los más audaces querrán agarrarlo infraganti en la chimenea.
Sobre la 200 a.m, los jóvenes salen a bailar a diferentes fiestas de Navidad, mientras que los veteranos que todavía siguen en pie se regocijan en cientos de anécdotas de antaño, entre dulces y carcajadas. Para unos y para otros, la madrugada del 25, siempre es joven. La única obligación que tendrán al día siguiente será seguir brindando y disfrutar del buen comer. El almuerzo del 25 de diciembre, empieza tarde y suele ser netamente familiar. Entonces, predomina la calma y el disfrute.
Las herencias nórdicas
Aunque es verano, los uruguayos se las ingenian para vestir la Navidad con varios detalles nórdicos . Así por ejemplo, los centros comerciales están decorados con guirnaldas y trineos tapados de nieve, y las tiendas venden trajes y gorros de Papá Noel capaces de hacer brotar a un uruguayo de sarampión.
Este año, la principal avenida de Montevideo, 18 de julio, se visitó con guías de colores que van de vereda a vereda desde plaza Independencia a la plaza de los 33. Los trineos, las estrellas de Belén y los camellos son protagonistas del decorado, coordinado por la Intendencia de Montevideo, el Ministerio de Turismo y Deporte y un grupo de comerciantes.
Varias ofertas gastronómicas
En Montevideo y Punta del Este, los turistas, pueden elegir entre una amplia oferta de hoteles y restauranes que ofrecen cenas especiales para disfrutar la Noche Buena oon costos que oscilan entre los US$ 180 y los US$ 250 dólares por persona.