Casmu hace un llamado a Lacalle Pou para posicionar a Uruguay en el turismo de la salud

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“Estamos despegados en el mundo y más en la región», afirmó Raúl Rodríguez, presidente de la institución de la salud en entrevista con El País.

 Raúl Rodríguez es médico de familia egresado en el año 1987 de la Universidad de la República. “Es una especialidad médica que está en crecimiento porque un tratamiento adecuado de los pacientes se trabaja desde la promoción de la salud, la prevención de la enfermedad y la rehabilitación de las personas, sin descuidar sus contextos. Además de los factores genéticos, las enfermedades dependen del estilo de vida, nuestra familia y del medio ambiente: la calidad del aire, agua y tierra”, afirma el presidente del Centro de Asistencia del Sindicato Médico del Uruguay (Casmu). Tiene 65 años, está casado y tiene dos hijas: Camila (33) y Rosina (32). A continuación un resumen de la entrevista.


—¿Se puede afirmar que el COVID-19 es una batalla ganada o las olas de contagios nos ubican aún en una zona de riesgo?

—El COVID vino para quedarse. Vamos a tener que convivir toda la vida con el coronavirus y otras patologías. Nos tenemos que ir adaptando, aunque sabemos que nos podemos enfermar de COVID.

—En este tiempo de pandemia, ¿qué postura ha llamado más su atención por descabellada?

—Todo este tema de los antivacunas, con los cuales también estuve reunido hasta tuve manifestaciones por mis declaraciones sobre la forma en que se tenía que manejar la situación en nuestro sanitario ante el COVID. Los antivacunas se explican en su visión del mundo… Están jugando realmente con la ruleta rusa, pero cada uno tiene derecho de jugar a la ruleta rusa porque la vida es de cada uno…

Para nosotros, el COVID fue complicado porque fuimos a la “guerra” y Casmu fue a la “guerra” con todo. Hemos realizado inversiones importantísimas en nuestro sanatorio, para cambiar la circulación del aire, la forma de trabajar y todo lo que se tuvo que comprar en equipamiento para proteger a nuestro personal de salud de modo que pudiera enfrentar a la pandemia. Todo eso tuvo un costo. Fuimos a la “guerra” y no hubo una contribución (económica) especial del gobierno con una institución como Casmu que aportó todo para defender al país y a los uruguayos. En Casmu contamos con más de 90 camas de CTI y también propusimos a la Presidencia de la República que había que controlar a las casas de salud de forma diferente para evitar la primera ola de contagio de COVID. Hasta hoy estamos controlando a todos los pacientes de 95 casas de salud. Desde marzo de 2020, hemos realizado una inversión superior a US$ 10 millones para hacer frente al COVID. El que no invierte en este tema, no piensa ni en él, y hubo gente que no invirtió. Tengo claro todo lo que se hizo desde el Casmu para ayudar al país.

—¿El episodio del crucero Greg Mortimer marcó un antes y después para Casmu?

—Gracias a esa actuación, nuestra vinculación internacional no ha dejado de crecer. Recientemente, nos ha llegado una invitación de la Unión Europea, en el Grupo para la Paz Mundial, para que el Casmu siga participando de la estrategia de ciberseguridad de las historias clínicas de los pacientes. También hemos mantenido contactos con el gobierno de Eslovenia, la Embajada del Reino Unido.

—¿Cómo se tomó la decisión de asistir a la gente del crucero?

—Un domingo de mañana tomo contacto con la noticia sobre lo que estaba ocurriendo con el Greg Mortimer y ahí ya estimé que había que ayudar a toda esa gente. Los médicos nos formamos asumiendo el riesgo que se corre y jugándose por la vida de los pacientes. Al día siguiente llamé al Dr. (Daniel) Salinas para poner al Casmu a la orden en ayudar a los pasajeros y tripulantes del Greg Mortimer. Tras la sorpresa del ministro, creo que tomó nota y al otro día me llamó para decirme que íbamos al barco. El objetivo era hacer un diagnóstico situacional y ver los casos más difíciles y traerlos a puerto. La respuesta de los equipos de salud del Casmu fue fenomenal. Todos apoyaron la decisión y no se reclamó un peso. Nadie planteó: ¿y cuánto me van a pagar?Se fue al barco a atender a esa gente, porque esa gente necesitaba de nosotros.

—¿Esa vocación también hace a la esencia del Casmu desde su mismo origen?

—Forma parte de la filosofía y la ética desde la fundación en el año 1935 de nuestra institución. Actualmente, contamos con 185.000 socios, 3000 médicos y un equipo no médico de 4000 personas. Siempre se dijo y es así, que los mejores médicos están en el Casmu, poque ingresan por concurso y ascienden también por concurso. Y nosotros ponderamos los mismos méritos académicos que se toman como referencia en la propia Facultad de Medicina de la Universidad de la República. Y en Casmu además se encuentran los mismos médicos docentes de la Facultad de Medicina, que han ingresado por concurso y se deben presentar a concurso para ascender. Esa es la gran diferencia de Casmu con otra institución de la salud.

«Hay en el turismo de salud, que crece a un ritmo del 20% anual y mueve billones de dólares, un potencial enorme para Uruguay. Ahí el Casmu tiene mucho para brindar”.    Raúl Rodríguez

—¿Cuál es el mayor desafío que afronta desde la gestión?

—La idea nuestra es colocar al Casmu como la mejor institución de nuestro país, creo que ya lo es, pero hay que seguir trabajando fuertemente para que sea una institución de las más importantes del continente. Nos ayuda el excepcional manejo de la pandemia por la Presidencia de la República; también fue excepcional el plan de vacunación contra el COVID. Uruguay está despegado en el mundo y más en Latinoamérica. Hay en el turismo de salud, que crece a un ritmo del 20% anual y mueve billones de dólares, un potencial enorme para Uruguay. Ahí el Casmu tiene mucho para brindar.

—Hablar de turismo de salud nos lleva a la reforma de la salud implementada por el Frente Amplio. ¿Cuál es su opinión?

—Que los uruguayos tengan la cobertura médica que tienen que tener, es fundamental. Es un gran avance. Lo que se requiere, a su vez, es un mayor grado de libertad de las instituciones para poder invertir y posicionarse. La salud no es igualitaria y nunca va a ser igualitaria. El que tiene dinero va a buscar en el exterior los servicios médicos que Uruguay no presta.

—¿Por qué motivos no existen esas avanzadas prestaciones en Uruguay?

—Porque hay limitaciones del Ministerio de Salud Pública (MSP). Para adquirir equipamiento médico, como un resonador, se requiere mucho tiempo en el MSP para las autorizaciones cuando acá estamos ante una empresa privada. Y si invierto, invierto con la plata del Casmu, de modo que nadie de afuera del Casmu debería definir en qué invertir. Eso nos impide hoy disponer de la tecnología que nos permita competir con el mundo. Hay que abrir la cabeza. El Sistema Nacional Integrado de Salud está encerrado y el que tiene dinero sale al exterior. Tenemos médicos de primer nivel, un excelente equipo de salud, infraestructura edilicia de categoría, pero no podemos acceder a la tecnología necesaria para competir. En Casmu nos queremos abrir al mundo para competir. Hoy estamos muy encorsetados y dependientes de lo que diga el MSP. El problema que existe desde el comienzo es que el valor de la cápita no cubre los gastos. Las instituciones trabajan a pérdida y deben buscar otras maneras de subsistir. Hay que sincerar el sistema de salud y liberarlo un poco a la competencia. El MSP debe controlar la calidad de las prestaciones. Y ahí hay otro problema porque hay instituciones de la salud que no dan todos los servicios en sentido estricto y lo contratan afuera pero cobran las mismas cápitas que el Casmu, la Asociación Española o la Médica Uruguaya. El Fonasa tiene que financiar a instituciones que están en condiciones de atender integralmente a los pacientes.

—¿Habló de todos estos problemas con el hoy senador Daniel Olesker, uno de los padres de la reforma de la salud?

—Tengo una buena relación con el Senador Olesker. En el año 2008, tuvimos enfrentamientos muy duros porque en aquel momento yo era el Tesorero de Casmu… El cálculo (del valor de las cápitas) fue erróneo desde el comienzo. También fue una reforma lenta, porque los adultos mayores ingresaron al nuevo sistema al final y en Casmu el 26% de los 185.000 afiliados tiene más de 65 años. Ahí fuimos perjudicados desde el comienzo de la reforma de la salud.

«Los mejores médicos están en el Casmu porque ingresan y ascienden por concurso de méritos”. Raúl Rodríguez

—¿Cómo avanza la creación de un centro de imagenología, donde Casmu busca competir con los principales centros de salud de la región y del mundo?

—Estamos esperando la autorización del gobierno para completar las inversiones en equipamiento. Ya tenemos uno de los resonadores, el angiógrafo y un tomógrafo. La obra ya está hecha, pero para completar el equipamiento nos falta otro resonador. Con todo este equipamiento de avanzada, que nos ubica en el más alto primer nivel de atención, se puede desarrollar lo que se llama una sala híbrida, que nos permite realizar estudios y, si aparece una patología de sanción quirúrgica, se transforma inmediatamente en una sala quirúrgica. Sería algo único en Uruguay y es competitivo en la región y el mundo, pero todavía no tenemos la aprobación del MSP. La inversión total de este proyecto es de US$ 8 millones.

El presidente (Lacalle Pou) dice que quiere priorizar la apertura al mundo, la inserción internacional. Bien, esta es una de las cosas que preciso que él mire, intervenga y nos podamos insertar en el mundo y comiencen a venir a Uruguay los turistas de salud. Casmu está en condiciones de formar parte de una red global de salud para la atención de personas de todo el mundo.

—¿La apertura de policlínicas en Montevideo y el interior del país también requiere de la autorización del MSP?

—Sí, ya abrimos varias en distintos barrios de Montevideo. Además, tenemos un proyecto para llegar al interior del país. Queremos tener presencia en Río Branco, Melo, Treinta y Tres y Minas, aunque aguardamos por la aprobación del MSP.

—¿Tienen a estudio el desarrollo de nuevos medicamentos a base de cannabis?

—Casmu tiene la Policlínica de Cannabis Medicinal, donde utilizamos los productos aprobados por el MSP. A partir de un componente no psicoactivo del cannabis, hay medicamentos que se utilizan para tratar diversos trastornos. Estamos en un amplio campo de investigación y desarrollo, ya que también existen posibilidades de exportar medicamentos a base de cannabis.

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