Autor: Mag. Nicolás Raffo Menoni
Nicoraffo74@gmail.com
Que la Sostenibilidad ocupa un lugar relevante en las agendas de todos los destinos turísticos ya no es novedad. Al menos en los discursos y en las intenciones es claro apostar a la necesidad de una mayor sostenibilidad para el desempeño de la actividad turística.
Que el Turismo es una oportunidad genuina de desarrollo para las personas y para las locaciones en las que se desarrolla la actividad tampoco es tema de discusión.
¿Pero qué pasa con el desarrollo de los modelos actuales de gestión?
Ya he abordado parte de la respuesta en artículos anteriores que he publicado y lamentablemente vemos una brecha enorme entre la práctica y el deseo.
Creo firmemente que todos sabemos de los problemas ambientales que estamos padeciendo. Tal vez puedan faltarnos los datos y cifras concretas para medir la magnitud del problema, pero todos de alguna manera u otra sabemos de la crisis ambiental que se está padeciendo hoy, como sequías pronunciadas seguidas de inundaciones como nunca antes; aumento de las grandes tormentas, de las olas de calor récord y mucho más.
Con los modelos actuales de gestión y donde se sigue apuntando al crecimiento y donde seguimos midiendo cantidades para establecer modelos de éxito, sin dudas que tendremos problemas antes o después.
Para ejemplos podemos citar indicadores sobre personas o turistas arribados, Indicadores sobre el gasto de esas personas, indicadores sobre el aumento de la conectividad aérea; otros sobre el aumento esperado en los pasajeros aéreos a futuros o también las perspectivas en alza para la industria de los cruceros.
Incluso en los países que podríamos considerar como Top en lo que respecta a los resultados obtenidos en el desarrollo de la actividad turística, se cumple una suerte que emula al “morir del éxito”.
Lejos de querer satanizar la actividad, me gustaría llamar la atención sobre los problemas y los peligros que eso traerá hacia adelante.
Es cierto y podemos destacar como positivo que también se manejan hoy indicadores sobre sostenibilidad, sobre emisiones de gases contaminantes y sobre las huellas de carbono, etc. También podemos hablar y mencionar acciones concretas para concientizar sobre la necesidad de la sostenibilidad y el intento de establecer nuevos parámetros de acción.
Pero no podemos hacernos la trampa al solitario de pensar que esas mejoras y esas intenciones podrán contrarrestar los niveles de más que se generarán en cuanto a la contaminación. No es posible tampoco, y al menos hoy el poder en base a las mejoras en las tecnologías minimizar los impactos nocivos hacia el medio ambiente y por ende hacia la sostenibilidad toda.
Un ejemplo ilustrador en base a la aviación y con una aclaración previa:
La aclaración previa: Si se quiere medir en condiciones exactas la contaminación de los aviones se deberían tener en cuenta factores como las distancias de vuelo, la cantidad de pasajeros, la altitud de los vuelos y el tipo de avión y su consumo Con todos esos datos podríamos establecer la huella de carbono de cada pasajero que vuela y el aporte de CO2 o dióxido de carbono aproximado que se produce en cada vuelo pero estos detalles exceden a la complejidad del análisis que quiero establecer. Además deberíamos decir que hay otros efectos contaminantes que se desprenden de la aviación y que todavía no están debidamente estudiados en cuanto a su impacto ambiental.
El ejemplo simplificado que plantearé: Si tengo 10 aviones que vuelan y contaminan en una escala simple y ficticia de contaminación que estableceremos a los efectos ilustrativos en 10 unidades de CO2, tendremos que la contaminación será de 100 unidades de CO2 (10 x 10).
Supongamos que se establece una mejora en la utilización de nuevas fuentes de combustibles como los falsamente denominados verdes o ecológicos y en lugar de 10 unidades de CO2 pasan a contaminar 8, si volaran los mismos aviones sería clara la mejora o disminución de la contaminación, pero si se prevé un aumento de los aviones volando y de la cantidad de pasajeros, esos valores se estarían compensando o anulando hasta guarismos en los que incluso se podría contaminar aún más que a la fecha.
Pongo un ejemplo de 15 aviones volando con un índice de contaminación de 8 unidades de la medida de medición, significarían una contaminación de 120 unidades de CO2, que sería mayor a la que manejamos al día de hoy.
La realidad es que hacia adelante se esperan aumentos significativos en los pasajeros aéreos y también en los cruceristas, con los cuales podríamos establecer una línea similar de razonamiento.
Un dato adicional, resulta de señalar el inusitado optimismo que se pone en los avances tecnológicos, que en muchos casos queda claramente demostrado que no alcanzan para compensar aumentos significativos en las cantidades de viajes y turistas arribando
a un lugar y que además te generan otros problemas derivados de los desechos tecnológicos o la basura tecnológica que se genera y que la ONU viene alertando de que son bastante significativos y que contaminan en forma abundante y que para peor no existen regulaciones normativas que lo aborden.
Se manejan cifras cercanas a los 62 millones de toneladas de residuos electrónicos para el año 2022 según la ONU, datos que a nadie debería de escaparse que afectan directamente a la sostenibilidad (ver en https://www.agenciasinc.es/Noticias/ONU-la- basura-electronica-aumenta-cinco-veces-masrapido-que-su-reciclaje)
Otro dato que no es menor, es que si por ejemplo para fabricar un panel solar, que claramente me favorecería hacia una práctica más sostenible, pero en su proceso adopto acciones súper contaminantes, también es otra forma de hacerse trampas al solitario (ver en https://www.muyinteresante.com/ciencia/23633.html)
¿A qué voy con todo esto?
Lo que quiero señalar es que la mejora o aumento en la sostenibilidad de la actividad debe pasar por otros indicadores, otras acciones e incluso otros guarismos de medición. El problema es si estamos dispuestos a aplicar esos guarismos y acciones que pasarían por limitar las cantidades y capacidades de carga de los destinos, por limitar el número de viajes en vuelos y cruceros, por limitar las cantidades en la producción, etc.
Sin dudas no creo en los reyes magos, pero mientras no podamos generar estas acciones, podremos intentar mitigar los impactos, pero a sabiendas de que antes o después, y de no mediar algún gran descubrimiento, la actividad seguirá siendo insostenible e incluso con el riesgo de que podamos perderla hacia adelante por falta de playas, por falta de nieve, por falta de entornos rurales y mucho más.
No es un tema sencillo y hay muchos intereses económicos de por medio y por eso deben ser los estados y las naciones quienes tomen la iniciativa en regular primero y fiscalizar después las acciones que se quieran implementar.
Se debería de poder priorizar los intereses ambientales y los sociales, en los cuales también se juega el futuro de la actividad.
En países como Uruguay, donde la masividad del Turismo todavía no sería un problema, sin dudas deberíamos establecer una discusión de hacia dónde queremos y podemos ir, todavía estamos a tiempo de hacerlo en ese plano porque los efectos del cambio climático ya los venimos notando en carne propia y en toda la región.
¿Cuánto tiempo más podremos sostener una actividad turística como la que venimos desarrollando?
¿Dónde estamos parados hoy?
¿Hacia dónde queremos y podemos realmente ir?
¿Qué acciones concretas podemos adoptar a modo particular y cuáles queremos incentivar o fomentar a nivel regional y global?
¿Cómo vamos a planificar e implementar ese camino hacia una mayor y mejor sostenibilidad?
Sin dudas para un país pequeño como nosotros es difícil figurar e incidir a gran escala, pero no es imposible. Veamos ejemplos como el de Costa Rica que es un país pequeño como Uruguay y que se ha posicionado en el concierto internacional como referencia en materia de sostenibilidad. O incluso veamos a nuestro país en lo que respecta a su reconversión en la matriz energética y donde somos referencia en el uso de energías alternativas o renovables.
El partido se definirá mañana, pero las acciones deben empezar hoy. Como sector tenemos la pelota en nuestra cancha y sería sensato y productivo poder dar la discusión en forma proactiva.
Nota
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